La «Comarca del Mezquín», tierra de olivos, cuenta con una variada oferta de recursos de ocio, cultura, deporte y turismo rural, al gozar de una privilegiada situación estratégica por encontrarse en el corazón del Bajo Aragón: entre los Puertos de la Reserva Nacional de Beceite y las primeras estribaciones del Maestrazgo.
Se encuentra muy próxima a la Histórica y Monumental ciudad de Alcañiz y a Calanda, lugar de origen del famoso cineasta Luis Buñuel. Ambas localidades forman parte de la Ruta del Tambor y el Bombo, tradicional rito y espectáculo que puede contemplarse en toda su intensidad durante la celebración de la Semana Santa.
El entorno del Bajo Aragón supone la posibilidad de acceder a una alta calidad de vida en lo que se refiere al medio natural. El agreste secano de estas latitudes da lugar a una variadísima flora —que dio renombre internacional a los botánicos que las clasificaron: Loscos y Pardo Sastrón— y a una fauna específica (aves esteparias en el entorno de «Las Saladas», bellos ejemplares de cabra hispánica en la Reserva Nacional de «El Parrizal en Beceite, etc.)
El viajero puede establecer su base en las Viviendas de Turismo Rural del Mezquín y Matarraña o en el Parador de Turismo de Alcañiz, antiguo castillo de la Orden de Calatrava.
En los alrededores podrá encontrar:
•Embalses para la práctica de todo tipo de deportes náuticos (vela, surfing, etc.) en La Estanca, en el «Mar de Aragón» o Santolea; Ríos para practicar la pesca: Guadalope, Martín, Matarraña, Bergantes.
• Senderos para practicar el senderismo por los PR del Mezquín que discurren por bellos parajes como el «Barranc Fondo» o la Ermita de San José y que enlazan con la GR 8 que atraviesa gran parte de la provincia de Teruel.
• También se pueden practicar excursiones en vehículos 4×4, practicar bicicleta de montaña o biketrial.
Existe un importante Patrimonio Histórico Artístico con numerosos municipios declarados Conjuntos Histórico-Artísticos; Patrimonio Arqueológico con abrigos con arte rupestre levantino —como las pinturas del Charco del Agua Amarga a las que se accede por Valdealgorfa— y recientemente propuestos para su protección como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
También hay importantes restos romanos (puente de Castelserás, Mausoleo de Chiprana, etc.); monasterios, como el que se encuentra en el llamado «Desierto de Calanda»; magníficos Castillos como los de Valderrobres, Alcañiz, etc. y una variada gama de edificios singulares, monumentos y paisajes de enorme interés distribuidos a lo largo de todo el Mezquín y del Bajo Aragón.
En definitiva la «Comarca del Mezquín» dispone de un magnífico entorno para disfrutar con la naturaleza, en cualquier época del año.
Para visitar en el Mezquín
Si las poblaciones del entorno de esta comarca del Bajo Aragón ofrecen numerosos atractivos para el turismo de interior, en las mismas seis localidades del Mezquín el viajero encontrará espacios naturales dignos de ser recorridos y hasta edificaciones monumentales puertas adentro de sus núcleos urbanos, que merecen ser visitados.
Los Puntals y Cirerals, La Sierra de Ginebrosa con sus famosos pilones, el valle de las Torretas y, sobre todo, el Barranc Fondo, entre La Codoñera, Torrevelilla y Belmonte, ofrecen espacios que cada día son más frecuentados por los excursionistas aficionados al senderismo o a los agrestes recorridos en bicicleta de montaña. Por Valdealgorfa transcurre el trazado del desaparecido ferrocarril de Val de Zafán, que está llamado a ser una de las rutas más atractivas para los excursionistas que se aventuran por la travesía natural del Matarraña hacia el delta del Ebro.
Pero tampoco la visita a los seis enclaves urbanos del Mezquín puede pasar desapercibida. Todos ellos tienen desde hace hace siglos comunidades de masías, en distinto estado de conservación, desparramadas por espacios recónditos de sus términos municipales. Estos edificios, —en muchos casos se trata de antiguos ventorros, mientras que la mayoría fueron caseríos de labranza— aunque hoy se encuentran deshabitados, son puntos de inapreciable recuperación para el turismo, como residencias de apacible descanso.
La arquitectura tiene en estas seis poblaciones templos parroquiales, ante todo, de majestuoso barroco del siglo XVIII, muchas veces levantados sobre basamentos románicos o góticos. Las fábricas de las iglesias de Valdealgorfa, Castelserás y Torrecilla de Alcañiz, recientemente restauradas, merecen la atención del visitante. El convento de las Clarisas de Valdealgorfa o la Sala de la Encomienda de Castelserás y, muy en especial, sus edificios consistoriales —el de La Codoñera es, además, un modelo de moderna rehabilitación monumental— son auténticas joyas de arquitectura histórica que estos pueblos conservan.
En Belmonte, pueden admirarse sus cinco portales —dos antiguos y tres reconstruidos— del desaparecido recinto fortificado por murallas. En esta localidad, además, el viajero contemplará su nevera medieval restaurada y tres fachadas del siglo XVI, en los edificios del Ayuntamiento y de dos casas del más puro estilo aragonés, antiguas mansiones de hacendados labradores.