Leonardo da Vinci: el “hombre universal” que se adelantó a su tiempo

Genio y humanista, inventor y artista, Leonardo da Vinci (1452​-1519) cultivó numerosas disciplinas como pintura, ingeniería, música, botánica o ciencia, campos donde sus innovaciones influyeron notablemente, tanto en artistas contemporáneos de su época como en los posteriores a su muerte.

Leonardo da Vinci es considerado como el auténtico homo universalis, hombre del Renacimiento, ya que su sabiduría abarcaba conocimientos de distinta índole, convirtiéndole en uno de los hombres más polifacéticos de la historia.
Nació en 1452 en la pequeña villa de Vinci, situada en la región de la Toscana (Italia), donde la insaciable curiosidad que siempre le fue característica comenzó a desarrollarse, en parte por su aprendizaje práctico y poco ortodoxo basado en la observación y la experimentación.
Su estela comenzó a elevarse cuando se trasladó a Florencia a los 15 años, donde fue alumno y más tarde colaborador artístico del escultor florentino Andrea Verrocchio -que estaba al servicio de los Médici, la familia más poderosa de la ciudad- y quién le enseñó las diferentes técnicas, materiales y tipos de arte.
A lo largo de sus años, Da Vinci recorrió toda la geografía italiana, pasando de corte en corte en lugares como Roma, Milán, Bolonia y Venecia, donde estuvo al servicio de los más poderosos, principalmente como pintor, pero también como escultor, urbanista e inventor de máquinas de guerra. Sus últimos años los pasó en la corte francesa, bajo la invitación del propio Rey Francisco I, donde murió a los 67 años.
Así su sabiduría fue creciendo hasta convertirse en el misterioso y erudito hombre que sus cuadernos dejan entrever, y mediante los cuales se puede trazar el enorme legado que este genio dejó para la posteridad. De esta forma, su figura ha quedado a lo largo de toda la Historia en la memoria colectiva como símbolo del hombre del Renacimiento.

Innovación en la pintura: técnica del sfumato
La pintura fue la categoría donde pronto destacó Leonardo da Vinci y por la que se le recuerda principalmente en la actualidad. Autor de la famosa “Gioconda” (o “Mona Lisa”), de “La Virgen de las Rocas” o de “La Última Cena”, Da Vinci influyó en la pintura de su tiempo por el uso de la técnica del sfumato, característica de sus obras.
En aquella época primaba un interés especial por los efectos de la iluminación y el color. Fue bajo este contexto donde el artista estableció una ampliación de la perspectiva más allá del modelo lineal. Con el sfumato difuminaba los contornos de las figuras para dar menos rigidez a la pintura y que existiese una relación más natural entre las formas y el espacio. Así, este famoso pintor asemejaba los objetos a la vista humana, pues ante más lejanos de la vista del espectador se volvían menos nítidos.
“Tres son las perspectivas: la primera trata de las razones por las que decrecen las cosas que se alejan del ojo (perspectiva menguante), la segunda entiende de cómo los colores varían a medida que se alejan del ojo, y la tercera comprende que tanto más indefinidos resultarán los objetos cuanto más se alejen”, dijo el humanista en sus cuadernos.
Otras de sus cualidades pictóricas fueron el sentido de la composición y la combinación de sombras y luces, así como la perfección de la anatomía humana y animal y la capacidad para reflejar fielmente expresiones gestuales. Así, también se preocupó por la botánica y la geografía, un estudio que se puede observar en el fondo escenográfico de “La Virgen de las Rocas”, que retrata perfectamente los estratos de la tierra o la vegetación del lugar.
Pero, lamentablemente, pocas obras han quedado de Leonardo da Vinci, ya que otra de sus principales características era la inconstancia, lo que le llevaría a abandonar sus proyectos y dejarlos inconclusos.

A la vanguardia de la ciencia
Da Vinci cultivó además de la pintura muchas otras disciplinas. Según recopiló la BBC, el historiador y escritor Walter Isaacson comentó sobre el artista: «Produjo insuperables dibujos anatómicos basados en múltiples disecciones, inventó sistemas para desviar ríos, explicó la reflexión de la luz de la Tierra a la Luna». Y el historiador detalló que Da Vinci «abrió el corazón de un cerdo que todavía latía para mostrar cómo funcionan los ventrículos, diseñó instrumentos musicales, coreografió desfiles, utilizó fósiles para disputar el relato bíblico del diluvio universal y luego dibujó el diluvio», señalando de esta forma las múltiples facetas del artista.
Leonardo da Vinci estuvo a la vanguardia en su época en cuanto a la revolución científica, ya que daba un salto enorme frente a las supersticiones de la etapa medieval. Aunque poco se sabe de él en este aspecto, ya que como se comentaba anteriormente, su inconstancia le llevó a no publicar jamás sus investigaciones científicas ni tratados.
También dedicó sus estudios a la anatomía, convirtiéndose en el primero en describir al corazón como músculo y centro del sistema sanguíneo. Realizó numerosos dibujos sobre huesos, músculos, tendones del corazón y sistema vascular (fue uno de los primeros en realizar un análisis del tamaño de venas y arterias), del sistema de reproducción y otros órganos internos humanos, sentando las bases de la anatomía científica, todo ello diseccionando cadáveres de manera muy discreta, pues estaba prohibido.
Sin embargo, para el historiador Isaacson, según la BBC, «el mayor logro de Leonardo en sus estudios del corazón y, de hecho, en todos sus trabajos anatómicos, fue su descubrimiento de la forma en que la válvula aórtica funciona, un triunfo que fue confirmado solo en tiempos modernos».
Así mismo, también diseccionó vacas, pájaros, monos, osos, ranas y caballos, con el fin de comparar la estructura anatómica de los animales con la del ser humano. Todos estos dibujos se pueden encontrar en sus cuadernos de notas, entre cuyas anotaciones apareció el “Hombre de Vitrubio”, realizado alrededor de 1490 como una muestra de las proporciones ideales del cuerpo humano.

El Da Vinci inventor
Visionario e inventor, así como arquitecto e ingeniero, Leonardo da Vinci creó armas, máquinas para volar, artefactos mecánicos, una bicicleta o sus famosos flotadores para caminar sobre el agua, entre muchos otros artilugios que se adelantaron por la tecnología y la innovación a su época.
Obsesionado con el movimiento y la fricción, Leonardo da Vinci dedicó hasta 28 páginas de uno de sus cuadernos para crear una máquina de movimiento perpetuo, aunque no lo consiguió. No obstante, este proceso le llevó a desarrollar conceptos físicos que no habían sido expuestos en su época. Así, inventó lo que calificó como “ímpetu” y que no sería otra cosa que la primera ley de Newton o principio de inercia, desarrollada 200 años después.
Como inventor, realizó muchos artilugios que todavía se usan, como la hélice, una máquina de guerra, una ballesta gigante, el paracaídas, la máquina voladora, un reloj más preciso, un vehículo blindado, un traje de buzo, un puente giratorio o la grúa giratoria, entre muchos otros.

Planes urbanos y ciudad ideal
Además, en su curriculum Leonardo se presentaba como urbanista. Tal y como sus anotaciones sobre proyectos encontradas muestran, ideó un sistema de cisternas automáticas para sanear las ciudades, describió cómo optimizar la circulación de la basura o el comercio, ideó máquinas para excavar y levantar pesos e incluso propuso callejones para estacionar carros, entre otras mejoras urbanísticas.
Cuando se mudó de la creativa Florencia a la industrial Milán, a principios de 1480, Da Vinci comenzó a investigar sobre las urbes, ya que esta última ciudad estaba siendo azotada por la peste bubónica, que en tan solo tres años mató a casi un tercio de la población de esa urbe.
Por este motivo, Da Vinci diseñó diez nuevas ciudades construidas desde cero donde relocalizar a toda la población de Milán, aunque su plan nunca se llevó a cabo.
“Leonardo mediante su propuesta de cittá idéale, revolucionó las teorías urbanas y propuestas de los arquitectos del Renacimiento que hasta ese momento trataban el tema”, expuso el doctor David Hidalgo García.
Por todo ello, Leonardo da Vinci es considerado un humanista, es decir, un auténtico homo universalis.

Raquel Lop

Fuente imagen: Wikipedia